EL DECÁLOGO DE CARLOS YERAY
1.- Reinventarse. Cada año en un grupo siempre suceden cambios. Jugadoras, rivales, competición, árbitros, recursos… La capacidad de transformar el contexto para continuar con el mismo proyecto, ha sido vital para dar continuidad nuestra filosofía de juego y grupo. Como dijo Darwin, la especie que sobrevive no es la más fuerte o la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio.
2.- Gestionar emociones. Un equipo está formado por personas. Durante algunas horas del día son jugadoras de baloncesto, pero durante el resto son iguales a cualquier otra joven de su edad. Ser capaz de colaborar con cada una de ellas para su continuo crecimiento no sólo como jugadora de baloncesto es clave para lograr metas colectivas. Ha sido vital el respeto por las sensaciones de las jugadoras.
3.- Valentía. En innumerables ocasiones aferrarse a lo conocido o lo sencillo, nos impide adentrarnos en espacios más productivos y valiosos. Este año hemos crecido jugando sin situaciones cerradas preestablecidas, un juego que no se suele ver en categorías senior.
4.- Humildad. Causa mucho mejor efecto que los demás descubran por sí mismo tus principales valores y fortalezas a que tú se las hagas saber. Respetar a todos nuestros rivales y trabajar desde el conocimiento de nuestras debilidades nos ha permitido ser capaz de sacar adelante encuentros que a priori parecían decantados hacia nuestros rivales.
5.- Inteligencia. Hemos optado por un modelo en el que hemos cambiado las reacciones automáticas por las respuestas elegidas. Las jugadoras han tenido siempre verdadera libertad para escoger en cada situación la mejor solución posible en base a sus capacidades. Cabe recordar que es el jugador el que juega dentro de la pista, no el entrenador.
6.- Motivación y positivismo. No se obtienen ni beneficios, ni éxitos ni resultados a no ser que exista una recompensa. La motivación es la capacidad más importante que posee el entrenador siendo este además el dinamizador y generador de positividad del grupo. Las palabras no se las lleva el viento, las palabras crean realidades. Este ha sido nuestro verdadero motor esta temporada.
7.- Polivalencia. Cuando una jugadora se ha acostumbrado a vivir atrapada en una realidad, pierde la oportunidad de crecer en otros ámbitos. ¿Quién dice que los pivots no pueden correr más que nadie? En nuestro equipo nadie está limitado o recluido a sólo algunos roles. Esto nos ha posibilitado a crear un juego más dinámico y abierto.
8.- Credibilidad. Las jugadoras han creído en el baloncesto que hemos realizado, han confiado plenamente en la filosofía desarrollada por el equipo técnico. Hemos logrado que las jugadoras trabajen aquello que no deseaban, pero teníamos la credibilidad y confianza del grupo.
9.- Ilusión. Este año de forma interna el club ha pasado a llamarse CD Ilusión. Este es el lema con el que iniciamos la temporada y con el cual hemos ido entreno a entreno y partido a partido.
10.- Confianza. Horas de vídeo, análisis individual de jugadoras, estadísticas de las dos últimas temporadas, scouting equipo … Lo más importante, nuestro trabajo. Si jugamos a nuestro baloncesto, sabemos que es muy difícil que ningún equipo pueda superarnos. Confiar en lo que somos capaces de crear y hacer más que en lo que el rival nos presente, ha sido pilar fundamental para alcanzar los éxitos de esta temporada.
Desde este blog, el Club Baloncesto Puerto Real quiere felicitar a Gymnástica por este magnifico logro, y de forma especial a sus jugadoras y a Carlos Yerai. Enhorabuena y un fuerte abrazo.
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